Cuando Soledad me inundó
y sentí el amor,
me faltó el calor
y gran dolor me causó.
Es tan triste mi vida
y tan vana mi existencia,
que la di por consumida
para evitar su Dolencia.
Pero, ¿es acaso razonable
cambiar soledad por dolencia?
Me lo dice la experiencia:
Soledad... es su nombre;
su apellido... Dolencia.
Septiembre de 1982.
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