Lúcidamente te contemplo.
Sólo recordar tu nombre,
y ver que no te siento.
Ya ni tu calor me gusta,
y mi vida ya la pierdo.
y siento que me muero;
que caigo y no me levanto.
Vienes y no quiero verte.
Sabes que es tu amor incierto
y aún rondas por mi valle
comportándote sin tiento,
vacía; en ti misma metida.
Escucharte ya no quiero,
pues el odio llena mi alma
y mi corazón está yerto.
Sólo recordar tu nombre,
y ver que no te siento.
Lúcidamente te contemplo.
Ya ni tu calor me gusta,
y mi vida ya la pierdo.
Ya deshoja la mañana
y siento que me muero;
que caigo y no me levanto.
Vienes y no quiero verte.
Sabes que es tu amor incierto
y aún rondas por mi valle
comportándote sin tiento,
vacía; en ti misma metida.
Escucharte ya no quiero,
pues el odio llena mi alma
y mi corazón está yerto.
Febrero de 1984.
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